lunes, 11 de enero de 2010

2010





El diablo también llora, en su oscura y fría soledad.

Sobre el mar… desvaríos amargos que lo llevan a un mundo epopéyico…

Lagrimas de azufre manchan los desvelos de las noches errantes.

Luna llena que se a cobija en atmósfera de azules y negros.

Que se desmarañen las flores de primavera, frió penetrante y punzante tejen los labios de las estrellas que se esconden bajo un sol gris.

Llora por las noches, queriendo amar a su dios benevolente, queriendo arrastrar a las almas malditas encadenadas un amanecer celeste.

Lagrimas de dolor y tristeza, recorren su rostro maquiavélico, bajo la mirada ardiente de una mujer errante, emigrante del cielo y la tierra.

Lagrimas de sangre cae en las hojas de un libro sin historia, sin vida, amarga existencia que navega en leyendas, lejanas de un niño dormido sobre la tundra y niebla.

Mil colores cabalgan, en pensamientos enamorados y marchitos que desnudan los ojos del hombre.

Brazos ardientes, descubren los besos de mar escondido ocultos en los parpados de cartón de algún lucero piadoso.

Bendito sea dios y el diablo, por nacer en la vida ciega, que recorrieron de la mano en un mundo puro equivaliendo el negro y el blanco de pensamientos llanos y fértiles.

Ese diablo que llora y sufre, cada lagrima es nuestra cada gota de agua en la tierra somos nosotros. ¿Por que? No lloramos como el diablo, porque no amanos la indiosincracia de los seré humanos escondida en las manos de carne y hueso.

gb

No hay comentarios: